La Luna, el telescopio y nosotros

Cuando la Luna comienza su período creciente, podemos aprovechar para observar detalles de la superficie, sobre todo, en el Terminador, zona que marca la luz y la oscuridad. Las luces y sombras que se producen muestran los diferentes accidentes lunares y señala la profundidad de los cráteres y la altura de las montañas.

 

El primer objeto al que suele apuntar el aficionado es la Luna. En el telescopio es posible disponer oculares de distancias focales cortas para obtener ampliaciones de la superficie, al ser un objeto sumamente brillante es posible utilizar grandes aumentos. Los principales rasgos a observar son los múltiples cráteres de impacto (producto del choque de objetos de diferentes tamaños contra la superficie lunar) y las grandes extensiones llamadas mares.

foto de creciente Fernando Gimenez

Imagen de la Luna en Fase Creciente – Autor: Fernando Giménez – Cámara: Benq DC 1450, Telescopio: Catalejo Tourist 20 x 50mm

El mejor momento de observación no es la Luna llena, sino los cuartos crecientes y menguantes y en los días cercanos a ellos. En el día de Luna llena los rayos solares alcanzan la superficie lunar de forma perpendicular, de tal manera que las formaciones en la superficie no producen sombras, en cambio los días anteriores y posteriores las sombras son mas pronuncias (lo son mas cuanto mas cerca se encuentre el día de Luna nueva).

Ejemplo de un dibujo de un sector de la Luna, con los nombres de los cráteres y otros accidentes. Cortesía de Juan Navarro (acercandoelcosmos.wordpress.com)

No es necesario un telescopio de grandes dimensiones para realizar observaciones lunares de calidad, por ejemplo con un reflector newtoniano de 114 mm (4,5 pulgadas) de diámetro se pueden distinguir marcas en la superficie de menos de 10 Km. Mediante la utilización de binoculares se pueden observar muchas características superficiales como los mares y numerosos cráteres de impacto. Es muy recomendable, sobre todo para los que utilizan telescopio, tengan mapas detallados de la superficie que le ayuden a identificar los cráteres y demás zonas.

Al hacer una observación es conveniente seleccionar una zona específica, especialmente elegida según la fase y posición de la misma. La zona mas interesante para observar es siempre la del terminador (la división entre la sección iluminada y la oscura, día y noche lunar). Una vez ubicada se puede hacer un dibujo a lápiz y en positivo (no como en el caso de otros objetos los cuales se suelen dibujar en negativo por ser mas conveniente) de esa zona. Se deben identificar los rasgos superficiales, los cráteres de impacto, las cadenas montañosas, ect. Se debe detallar la edad de la Luna en ese instante (los días, horas y minutos transcurridos desde la Luna nueva) y la ampliación utilizada.

Equipo de Redacción Web

 

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