En la ilustración artística, la estrella joven similar al Sol Kappa Ceti con grandes manchas estelares, un signo de su alto nivel de actividad magnética. Una nueva investigación muestra que su viento estelar es 50 veces más fuerte que el de nuestro Sol . Como resultado, cualquier planeta similar a la Tierra necesitaría un campo magnético con el fin de proteger su ambiente y ser habitable. Los tamaños físicos de la estrella y el planeta y la distancia entre ellos no están a escala. Crédito: M. Weiss / CfA
Hace casi cuatro mil millones de años, la vida surgió en la Tierra. La vida apareció porque nuestro planeta tenía una superficie rocosa, agua líquida y una atmósfera que la recubría. Pero la vida prosperó gracias a otro ingrediente necesario: la presencia de un campo magnético protector. Un nuevo estudio de la joven, estrella similar al Sol Kappa Ceti muestra que un campo magnético juega un papel clave en la evolución de un planeta apto para la vida.
Kappa Ceti, ubicada a 30 años luz de distancia en la constelación de Cetus, la ballena, es notablemente similar a nuestro Sol pero más joven. El equipo calcula una edad de sólo 400 a 600 millones de años, lo que concuerda con la edad estimada a partir de su período de rotación (una técnica empleada por primera vez por el astrónomo de CfA Soren Meibom). Esta edad corresponde aproximadamente al momento en que apareció la vida en la Tierra. Como resultado, el estudio de Kappa Ceti nos puede dar una visión de la historia temprana de nuestro sistema solar.
Al igual que otras estrellas de su edad, Kappa Ceti es muy activa magnéticamente. Su superficie tiene muchas manchas estelares gigantes, como las manchas solares, pero más grandes y más numerosas. También impulsa un flujo constante de plasma o gas ionizado, hacia el espacio. El equipo de investigación encontró que este viento estelar es 50 veces más fuerte que el viento de nuestro Sol.
Un viento estelar feroz como ese, sería capaz de estropear la atmósfera de cualquier planeta en la zona habitable, a menos que el planeta estuviese protegido por un campo magnético. En el otro extremo, un planeta sin un campo magnético podría perder gran parte de su atmósfera. En nuestro Sistema Solar, el planeta Marte sufrió este destino y pasó de ser un mundo suficientemente caliente como para mantener océanos salobres a uno desierto, frío y seco.
El equipo modeló el fuerte viento estelar de Kappa Ceti y su efecto en una Tierra joven . El campo magnético de la Tierra primitiva se supone que fue casi tan fuerte como lo es hoy, o ligeramente más débil. Dependiendo de la magnitud asumida para este campo, los investigadores encontraron que la región protegida, o magnetosfera resultante, de la Tierra sería de alrededor de un tercio a la mitad de su tamaño actual.
“La Tierra primitiva no tenía tanta protección como tiene ahora, pero tenía la suficiente”, dice Do Nascimento.
Kappa Ceti también muestra indicios de “súper–” enormes erupciones que liberan de 10 a 100 millones de veces más energía que las más grandes llamaradas jamás observadas en nuestro Sol. Las llamaradas son tan enérgicas que pueden despojar a un planeta de su atmósfera. Mediante el estudio de Kappa Ceti, los investigadores esperan aprender con qué frecuencia se producen estas súper-erupciones y por lo tanto la frecuencia con que nuestro Sol podría haber estallado en su juventud.
Fuente: CfA. Artículo original : Young Sun-like star shows that a magentic field was critical for life in the early Earth




